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La clínica cuenta con las instalaciones necesarias para realizar con absoluta seguridad cualquier intervención quirúrgica de carácter ambulatorio.
Contamos con la colaboración de especialistas en anestesiología para realizar SEDACIONES.
Como es sabido, los terceros molares erupcionan (“salen”) o intentan hacerlo normalmente alrededor de los 18 años de edad.
Para entonces ya están en boca el resto de las piezas dentarias y por eso es frecuente que carezcan de espacio en las arcadas causando a menudo dolor e inflamación.
A veces contribuyen al apiñamiento de los dientes. Por ello es frecuente tener que realizar su extracción mediante una técnica quirúrgica cuidadosa para evitar dañar las piezas vecinas y los tejidos anexos.
Los últimos molares permanentes deberían erupcionar entre los 16 y los 20 años (por ese motivo se les llama coloquialmente “muelas del juicio"). Al ser las últimas piezas en la arcada con mucha frecuencia carecen de espacio y o bien quedan totalmente incluídas en los maxilares o en malposiciones diversas. Excepcionalmente en algunos individuos ocupan correctamente su lugar sin causar problemas.
Con frecuencia nos preguntamos por qué ocurre esto, ya que parece un contrasentido que la naturaleza nos proporcione unas piezas de dudosa utilidad que en la mayoría de los casos tan solo causan molestias.
Esto es debido a que hace miles de años el ser humano cambió su dieta hacia alimentos elaborados y por tanto más fáciles de masticar, conllevando una disminución en la masa y el tono de la musculatura craneofacial y del tamaño de los propios maxilares.
Al ser las piezas dentarias los tejidos más complejos, son los que tienen mayores dificultades en adaptarse y aunque en la mayoría de los casos su tamaño es menor que el de los otros molares, e incluso en algunas personas no se forman (agenesia) todavía deberán pasar muchos años para que nuestro organismo termine su evolución adaptativa y dejen de existir.
Las muelas del juicio pueden causar complicaciones por la falta de espacio en las arcadas dentarias tales como apiñamientos, lesiones traumáticas en las piezas contiguas, reacciones inflamatorias , a veces infecciones, etc.
Por este motivo y debido a que los dientes extraídos antes de los 20 años normalmente cursan con menos complicaciones postoperatorias, la ADA (Asociación Dental Americana) recomienda que las personas que tienen entre 16 y 19 años consulten al dentista para evaluar la actitud a seguir.
En ciertas ocasiones es necesario aumentar el volumen óseo o la mucosa gingival ya sea por motivos estéticos o para poder colocar implantes en zonas atróficas.
En caso de detectar un tumor se procede a su Biopsia para el análisis anatomo-patológico que permita determinar la naturaleza celular.
Además y gracias al Scanner podremos determinar su posición y tamaño.
En casos de tumores benignos y accesibles se pueden abordar en la Clínica por medio de cirugía oral ambulatoria sin necesidad de hospitalización.
Son pliegues de la mucosa oral que dan soporte a los labios y la lengua limitando sus movimientos.
El frenillo lingual se encuentra bajo la lengua sujetándola al suelo de la boca. En algunas ocasiones puede condicionar su movilidad provocando dificultad para pronunciar ciertos fonemas. Estos casos se resuelven mediante una cirugía sencilla e indolora.
El frenillo labial superior puede contribuir a la formación de un diastema (separación) de los Incisivos centrales superiores. En estos casos hay que valorar de acuerdo con el especialista en Ortodoncia la conveniencia de su modificación quirúrgica.
Los frenillos labiales inferiores a veces pueden contribuir a la retracción gingival al crear excesiva tensión sobre la encía. En estos casos se modifica su inserción evitando este efecto negativo.
Estos casos requieren casi siempre de su extracción quirúrgica.
Gracias al Scanner podemos delimitar su posición y las relaciones con los tejidos anexos.
Preguntas frecuentes
